1868 es una fecha clave para la entrada del Realismo en España. La revolución "La Gloriosa" destrona a la reina Isabel II y supone la victoria de la burguesía progresista.
La transición del Romanticismo al Realismo es progresiva. Se da una primera etapa prerrealista con Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) y Pedro Antonio de Alarcón.
El Realismo se consolida en España después de esa revolución. 1870 es la fecha del auge de la novela española. En ese año Galdós publica su primera novela, La Fontana de Oro.
Durante esta época, se produce un desarrollo de las técnicas narrativas hasta los 80 y los 90 gracias a:
– una evolución interna de la sociedad y de los gustos de la época.
– una tradición costumbrista y su desarrollo en los autores prerrealistas.
– un retorno a la tradición realista de la novela española del Siglo de Oro.
– una influencia de autores realistas europeos como Balzac, Stendhal, Flaubert, Dickens; y los rusos Tolstoi y Dostoyevski.
En España ya se encontró la tradición realista en la novela de los siglos XVI y XVII: Cervantes y la novela picaresca. Tanto las obras cervantinas como las picarescas fueron los ejemplos a seguir para nuestros escritores. El autor del Quijote fue un modelo para Galdós (podéis comparar el primer capítulo del Quijote con el de Tristana, por ejemplo). La novela picaresca fue el primer género en tratar personajes de las capas inferiores, algo que reclamaban algunos novelistas europeos del momento.
Tampoco podemos olvidar la tradición costumbrista iniciada en la primera mitad del siglo XIX.
Los escritores españoles tienen en cuenta a los autores extranjeros. Son modelos de nuevos temas y de nuevas técnicas de observación de la realidad contemporánea. Aunque nuestros autores nunca se ajustarán totalmente a los cánones del Realismo francés, sí habrá una preocupación por la labor de documentación previa a la composición de una novela.
Esta aplicación de las técnicas y la selección de los temas dependerán de la orientación ideológica del escritor. Los escritores tradicionalistas y moderados plasmarán un Realismo con límites. Los escritores progresistas, como Galdós y Clarín, no tendrán límites.
El propósito de todos ellos será reflejar la vida cotidiana con amplitud y fidelidad.
CONCLUSIÓN: España adapta los enfoques y procedimientos realistas dentro de unos límites, a causa de las peculiaridades del ambiente social e ideológico (hay que recordar que, en comparación con otros países, la burguesía es menor en España y todavía pervive una ideología tradicionalista).
